Perdidos en la carretera: cómo desapareció el sentido de comunidad en el transporte por carretera

No hace mucho, el transporte por carretera era algo más que kilómetros y dinero: era una cuestión de personas. Ya fueras propietario-operador, despachador o incluso representante de factoring, las relaciones importaban. Sabías en quién podías confiar. Pero hoy, ese sentido de comunidad se está desvaneciendo, reemplazado por una industria despiadada donde el fraude, la desconfianza y las dificultades financieras hacen que cada trato parezca una apuesta.

Y muy a menudo, los pequeños transportistas son los que pagan el precio.

Un sistema roto que culpa a la gente equivocada

Si pasas un rato en los foros de corredores o en las discusiones de transportistas, verás la misma queja: “Los buenos transportistas están desapareciendo porque los factores no los aprueban”. Es una afirmación irónicamente mezquina e injusta. Los factores no son la razón por la que los corredores no pueden transportar cargas, sino el crédito.

En la actualidad, muchos corredores son nuevos y, a veces, llevan en el negocio sólo unos meses. Los factores no rechazan sus cargas por codicia, sino porque los corredores que llevan poco tiempo en el negocio no tienen un historial financiero que los haga dignos de confianza. En una industria que ya está plagada de fraudes, doble intermediación y pagos lentos, las empresas de transporte por carretera no pueden permitirse transportar cargas a cambio de una promesa. Y, sin embargo, los camioneros, la columna vertebral de toda esta industria, son los que sufren.

Factoring: una carrera hacia el abismo

No es ningún secreto que el factoring tiene sus propios problemas. En lugar de ser un verdadero socio para los camioneros, muchos factores se han convertido en un obstáculo más. Las tarifas ocultas, la comunicación lenta y los contratos restrictivos hacen que los transportistas sientan que han cambiado un problema por otro. En lugar de ayudar a los transportistas a crecer, muchos factores se centran en cuánto pueden aceptar.

No quiero ser así.

En Rapidfire Pay, creo que el factoring debe ser algo personal. Debe ser una relación, no solo una transacción. Por eso trabajo con mis clientes de manera individual, ayudándolos a desenvolverse en esta industria con un apoyo real. Porque el transporte por carretera no es solo un negocio, es el sustento de las personas.

La pérdida de la comunidad desde la COVID

Antes de la pandemia, todavía existía un sentimiento de lealtad y confianza en el transporte por carretera. Uno podía entrar en una parada de camiones y entablar una conversación sobre rutas, tarifas o incluso una buena empresa de factoraje. Hoy, esa confianza ha desaparecido.

Las tarifas de transporte han caído a niveles insostenibles. Los intermediarios están pagando lo menos posible y los camioneros se ven obligados a buscar centavos. El fraude ha alcanzado su nivel más alto, con estafas de doble intermediación que cuestan miles de dólares a los transportistas. Y en lugar de trabajar juntos, todos (camioneros, intermediarios, transportistas y factores) se están volviendo unos contra otros.

La comunidad que una vez hizo fuerte el transporte por carretera está desapareciendo.

¿Hacia dónde vamos desde aquí?

Los camioneros merecen algo mejor. Merecen socios, ya sea un buen corredor, un factor confiable o un transportista justo, que realmente se preocupen por su éxito. Por eso es más importante que nunca que los camioneros sean selectivos.

• Trabaje con corredores que tengan un historial, no solo la tarifa más barata.

• Elija un factor que ofrezca apoyo real, no sólo un pago rápido.

• Construya relaciones con otros transportistas, porque la comunidad todavía importa.

El transporte por carretera no tiene por qué ser tan solitario, pero depende de nosotros reconstruir la confianza que se ha perdido. Porque, al fin y al cabo, no son los camiones ni las cargas los que mantienen en movimiento a esta industria, sino las personas que están detrás de ellos.

Llámanos o visítanos online para obtener factoring personalizado.